¿Se pueden usar las redes sociales para vender jabón y religión?

Una mañana a medio mes de diciembre el Papa Benedicto XVI se ponía frente a un iPad para redactar el primer "tuit" que enviaba al mundo. Una tarea que, desde el punto de vista del marketing, es simplemente seguir el ritmo de los tiempos que están pasando. Y es que el Papa ya publicaba sus acostumbradas cartas online mientras demás líderes mundiales hacían uso de las ventajas de redes sociales como Facebook o Twitter.

En el caso del Dalai Lama, hace ya tiempo comenzó a propagar sus palabras a través de Twitter a sus más de 5 millones de seguidores. Con esto suponía que sus followers retuitearan sus mensajes, difundiéndolos por medio de la red y logrando que llegaran a decenas de millones. Una estrategia de marketing que el Vaticano no podía dejar pasar.

El número de consultores de marketing que promueven las redes sociales como el futuro en el que no se puede estar fuera cada vez es mayor. La seguridad del éxito de cualquier lanzamiento se incrementa aún más cuando llega a través de amigos en Facebook, Twitter o Google+. Es el nuevo “boca a boca”. Asimismo, el flujo de información que ofrece facilita dar una visión de marketing precisa, haciendo que la publicidad sea relevante y temporal.

Un nuevo esquema de relaciones personales está prosperando en las redes sociales. Una nueva Matrix humana que, da lugar a todo tipo de oportunidades nuevas para las empresas, la educación, investigación de mercados, medios, y todo tipo de productos y servicios que por el momento no han aprovechado el impacto de estas plataformas.